Dr. Luis Pastene Pérez, investigador Fundación CEQUA/Instituto de Cetáceos de Japón
La caza de ballenas ha sido y es un tema controversial. Esta polémica, se produce en parte por la escasez de información sobre ballenas y la actividad ballenera. Cuestiones tan básicas como el número de especies de ballenas y sus tamaños poblacionales, tipos de caza de ballenas o el número de países balleneros y las especies y stocks involucrados en la caza son ignoradas por gran parte de la opinión pública. Esta serie de artículos pretende proveer al lector de información sobre la actividad ballenera en el mundo en el contexto de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), la organización intergubernamental encargada de asegurar la conservación y sustentabilidad de las ballenas.
Este primer artículo explica los orígenes y propósitos de la CBI. En 1931 y después de siglos de comenzada la caza de ballenas con fines comerciales (en el siglo IX en el hemisferio norte y a fines del siglo XVIII en el hemisferio sur), la comunidad internacional comienza las discusiones para la regulación internacional en esta actividad en circunstancias en que varias especies y stocks se encontraban ya críticamente diezmados. En este año, 26 países firman la Primera Convención para la Regulación de la Caza de la Ballena conocida como la Convención de Ginebra. En 1937 se firma en Londres el Acuerdo Internacional para la Regulación de la Caza de la Ballena, cuyos protocolos fueron adoptados en 1938 y 1945.
Finalmente, en 1946, 14 naciones, principalmente naciones balleneras entre ellas Chile, firman la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas (CIRCB). La CIRCB consiste en dos partes, la Convención propiamente tal que consta de 11 Artículos y un Anexo que es parte integral de esta misma. El propósito de la CIRCB está escrito en su preámbulo: «Habiendo decidido concluir una Convención que contemple una conveniente conservación de los stocks de ballenas que haga posible un desarrollo ordenado de la industria ballenera». La CBI es el ente operativo de la CIRCB. Fue creada en 1948 y su secretariado estuvo originalmente ubicado en Londres; desde 1976 funcionó en Cambridge, Reino Unido.
La responsabilidad principal de la CBI es establecer las medidas de conservación y manejo, las cuales son reflejadas en encomiendas y revisiones al Anexo. En relación a las enmiendas al Anexo, el Artículo V de la CIRCB especifica que la «Comisión podrá modificar las disposiciones del Anexo cada cierto tiempo, adoptando normas en relación con la conservación y utilización de los recursos balleneros…» y que «Estas enmiendas al Anexo a) serán aquellas que sean necesarias para realizar los objetivos y finalidades de esta Convención y para disponer lo necesario para la conservación, desarrollo y óptima utilización de los recursos balleneros; b) se basarán en hallazgos científicos…»
Este es un punto importante pues como veremos más adelante, no todas las regulaciones adaptativas por la CBI han sido consistentes con su propósito original y con estos incisos del Artículo V. El Anexo puede ser enmendado por una mayoría de 3/4 partes de los votos de los países miembros de la CBI. Consistente con el Artículo V; b) la CBI estableció un Comité Científico en 1950, el cual es uno de cuatro Comités establecidos por la Comisión. Los otros son el Comité de Administración y Finanzas, el Comité Técnico y el Comité de Conservación. Estos comités se reúnen anualmente antes de las reuniones plenarias (políticas) de la CBI.
La CBI está abierta a cualquier nación que adhiera a la Convención de 1946. Originalmente hubo 14 países signatarios, pero la membrecía aumentó considerablemente a fines de la década de los 70´ reflejando un mayor interés en la comunidad internacional por las ballenas y las actividades balleneras. Actualmente un total de 88 naciones forma parte de la CBI. Aunque Chile fue un país signatario en 1946, solo vino a ser miembro de la CBI en 1979.
Es posible que nuestro país considerara oportuna la firma de la CIRCB en vista de la deplorable situación de varias especies y stocks debido a la caza pelágica, actividad hacia la cual iban a estar enfocadas principalmente las regulaciones bajo la CIRCB. Chile fue siempre un país de caza costera, y consideró que organizaciones regionales eran suficientes para regular la actividad, principalmente en el contexto de la declaración chilena de 1947 que proclamó la soberanía de la nación hasta una distancia de 200 millas náuticas desde la costa. En próximos artículos trataremos sobre especies de ballenas reguladas por la CBI y su estatus poblacional, los países balleneros en la actualidad, medidas regulatorias de la CBI y la evolución de esta organización y su rol actual y futuro.